Mi jardín digital en proceso

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Breve historia

Las webs colectivas o personales como plazas públicas las habíamos perdido. La comodidad de las redes sociales, así como de las plataformas de contenidos, cambió el ecosistema de internet gracias a su capacidad de agregación y viralidad. Publicar hilos largos a modo de contenido extenso era una forma de hackear unas plataformas pensadas para el engagement y no para contar historias.
Los blogs se fueron migrando a plataformas privadas, y el estilo derivó hacia una especie de profesionalización del contenido. Mantener un blog en esas plataformas privadas, y hacerlo en un formato casi periodístico, también modificó aquella idea de bitácora digital.
Sin nostalgia por el tiempo pasado, pero asumiendo que esas plataformas privadas son más cercanas al centro comercial que a la plaza pública, aparece un nuevo concepto que revitaliza el contenido en internet, y especialmente la web.

Jardines digitales

Como dice Maggie Appleton en su gran artículo sobre estos espacios de internet:

Un jardín es una colección de ideas en evolución que no están estrictamente organizadas por su fecha de publicación. Son inherentemente exploratorias: las notas se vinculan mediante asociaciones contextuales. No están refinadas ni completas; las notas se publican como pensamientos inacabados que crecerán y evolucionarán con el tiempo. Son menos rígidas, menos performativas y menos perfectas que los sitios web personales que estamos acostumbrados a ver.

Tener un repositorio de contenido vivo, que no está sometido al formato ni a la temporalidad, es parte de lo que se podrá ver en mi jardín digital. Explorar y experimentar en este mundo acelerado solo tiene sentido si se cuenta el proceso, ya que solo así se puede entender el resultado final. Y en muchos casos, ni siquiera eso, porque estos procesos son más una excusa para entender algo nuevo.

Vamos, que el resultado final, ese entregable al que nos hemos sometido en estos centros comerciales, es efectista, como los hilos de Twitter, los reels de Instagram o los vídeos de TikTok. Pero pocas veces se entra en los detalles. Y muchas veces, es precisamente en las formas y en el proceso donde está la motivación de publicar algo en internet.

En este jardín hay muchas cosas que están a medias, pero no por ello dejan de tener una historia detrás.

Obsidian como gestor del jardín

Parte del problema de depender de estas plataformas externas es que te capturan en sus necesidades, ya sean de crecer, de generar más ingresos, de competir. De repente te ves alimentando empresas de las que no tienes claro si su objetivo es el prometido. En mi caso tengo dos ejemplos: Medium, donde su muro de pago es impenetrable y perdió ese arranque limpio y sencillo de tener algo publicado;

y Notion, ese espacio multipropósito con una usabilidad trabajada que se convirtió en un monstruo con un sistema de pago muy orientado a la suscripción y con mucha funcionalidad decidida por una startup con demasiada hambre. Pero sobre todo, donde tus datos y tu capacidad de sentirlos tuyos no se potenciaba.

Desde hace un par de años estoy usando Obsidian como eso que llaman “tu segundo cerebro”, una aplicación de notas basada en archivos Markdown que permite crear redes de conocimiento mediante enlaces bidireccionales, ideal para organizar ideas, textos y proyectos de forma flexible y personal.

Hay muchas apps y mucho escrito en internet sobre cómo organizar una memoria personal digital. Obsidian, con sus dobles enlaces usando y sus ficheros en formato markdown (el formato wiki), todo guardado en un directorio local (bóvedas), con opción de sincronización, permite tener un solo lugar donde guardar notas, enlaces, reflexiones o textos.

En esa necesidad de simplificar, de volver a lo simple, a esas plazas públicas, usar Obsidian como base para gestionar mi jardín digital me pareció un proyecto muy sugerente. Obsidian está repleto de plugins de comunidad para hacer todo lo que se te ocurra y Ole Eskild Steensen tiene el fantástico plugin Obsidian Digital Garden.

Con este plugin puedes gestionar tu publicación mediante una interfaz. Este plugin se integra con Vercel, donde alojar el HTML generado (aunque puede ser otro entorno o uno propio).

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En mi caso estoy usando solo el plugin de Obsidian, ya que la parte generadora de HTMLs la he adaptado a mi gusto, inspirándome mucho en [maggieappleton.com-V3](https://github.com/MaggieAppleton/maggieappleton.com-V3). Si quieres revisar lo que he montado, mira aquí.

Los bancales de mi Jardín

Como todo espacio vivo, las modas y el momento temporal indicarán qué tiene este espacio web. De lo que se trata es de llenar internet de nuestras movidas y hacerlo un poco más caótico, que tanto algoritmo nos tiene un poco atrapados.

La parte fundamental serán los Procesos, que son esos proyectos arrancados en distintos niveles de madurez. Los Textos son artículos, entrevistas y textos que he ido escribiendo en distintos blogs y que quiero mantener en un solo lugar. Y los Proyectos son esos procesos que en ocasiones tienen un formato final claro. Muchos de los que ahora aparecen son parte de lo que hicimos en otros lugares como Bikolabs o Interzonas.